Planto por la muerte de Naiades, que se ha dejado caer al río tras descubrir que su amada ha perdido la voz por su culpa. Es un llanto sin sonidos. Su amada escribe con las temblorosas manos esta carta y la lanza al
agua. El papel se deshace.
Querido:
Hoy dejas de llamarte amado mío y yo de llamarme tu amada. Por vez primera en seis semanas no hablamos. Al fin mi voz y tu cuerpo son una vibración sola. Se desvanece la necesidad de nombrar. En este cauce solo quedan dos fuerzas. ¡Ah, muerte
Tu crueldad no entiende de palabras ni alturas. Lanzaste al río la espada tan blanca, ahora sin mi dolor limpia, en pedazos mi carne, mis quejas. Siento profunda humillación ahora que mi rostro está sellado para siempre
…Cuando pienso en la fragilidad de estas nuestras cosas entra en mí el pensamiento hondo de no poseer la virtud de amar. Todo desgarrador, predecible y me lamento por haber conocido tan pronto las estrategias de Fortuna
Que tu cuerpo permanezca siempre joven y putrefacto
Ay tu cuerpo lamido ahora por seres de igual veneno que mi voz Ninguna prueba de amor será jamás suficiente Recuerdo la delicadeza con que tus manos importantes se movían pecosas creando un estampado en el aire Tu vientre encogido como un No pudiste soportar la posibilidad de estar ¡cuerpo con cuerpo! sin palabras
Eres un cobarde
Naiades tu cuerpo está compuesto de una pirámide con todas las mancebas del mundo que trepando sobre sí mismas crean tus piernas tu espalda tus brazos esos mismos sobre los que ahora te dejas nadar
¿lo sabías?
En un canasto tantos muslos retorciéndose de pena mezclando la piel con la sangre
Cientos de goterones caen de tus cabellos Cientos de doncellas lavarán la ropa sobre tu cráneo de muerto y soñarán con su propia nobleza ¿Cómo despedirte sin ¡no! no volver a recorrer el mismo torso… Estamos hechos de qué ofensa desmedida en tu caída Fortuna Muerte Naiades: ¿Todo blanco sin sangre estallada tus pulmones purificados ahora
(El amor es frágil como un canasto como una niña avergonzada como un papel de carta o una duda)
…me preocupa todo aquello que construiste con tu espada hoy desvanecido y tú
tan caballero cobarde Caballo seguirá dando vueltas por la villa buscando a un fantasma h
podría ser tan bello: callados en la eternidad: eliminar entonces de las palabras el borde
el límite de la materia / no ser uno pues no existe la unidad sin embargo
Ser una interferencia infinita flotar ¡querido! en el río en un canasto común
Sin pena ni gloria sin pelea ni pasión, nada
lo cierto es que si lo pienso bien no siento nada
lo cierto es que ya no me importa
el amor se agota sin cansancio ni gravedad
no queda nada en el fondo y ahora se me espera
desmontándome en viudas
¡¡¿¿por qué no tuviste la paciencia de leerme Naiades yo
ahora que alguien me lija el cuerpo desde abajo condenada
con pudor a permanecer en la torre escribiendo la carta eterna que me permita yo
destrepar hacia el jardín
volver a lo conocido al principio
dejarse entrar
amar es un deseo contrario
Ahora que caíste donde todas nos bañamos sé que para ti me soy insignificante
Más adentro
Desandar ¡hhhhhhh… ¡h… ¡Herác
tratar de recordar la última palabra pronunciada
Naiades querido,
por Rocío Simón

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